sábado, 12 de julio de 2014

CAPITULO 7 - Aquí no hay quien duerma

La fiesta había terminado y ya se encontraba en un dormitorio para él. La habitación era bastante amplia para él solo. Zen, se sentía extraño todavía en aquel lugar, no se había terminado de habituar a la gente de todo aquel fuerte de gente con poderes sobrenaturales. Pero sabía que era el lugar donde tenía que quedarse, entre los humanos normales ya no podría encajar, al menos en una gran temporada tras la que había liado. La cama era bastante placentera, el colchón era mullido y daba la sensación de que estaba preparado para cualquier visita o nuevo habitante. La ventana, estaba abierta, era un tercer piso, entraba una brisa suave y sus vistas ahora nocturnas daban al bosque. Era agradable y sorprende que aquel refugio tan apartado tuviese tantos pisos y zonas por dentro pareciendo tan pequeño por fuera.

Abrió el armario y vio que estaba completamente vacío. Su única ropa era la que llevaba puesta. Eso era un problema, si bien no le importaba tener que vestirse al día siguiente con la misma ropa, le parecía exagerado cuando llevase mas de una semana allí.

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Sin embargo, la solución vino al poco tiempo. La puerta se abrió de par en par y un chico de unos diez años apareció por la puerta con una sonrisa animada y cara de diversión. Tenía el pelo alborotado, los ojos grandes y la boca mas grande aún.

- ¡¡HA LLEGADO TU PIJAMA!! - dijo con alegría y cerrando la puerta.
- ¿Qué...? ¿Qu...quién eres tú? - preguntó Zen algo asustado.
- Ya te lo han dicho ¿no? Aquí cada uno colabora como puede, y yo soy algo así como el sastre.
- ¿Un niño como tú...?
- Eh, eh, no me juzgues por tener diez años, que se despejar ecuaciones y leer.
- Entiendo...- se quedó pensativo para si mismo si eso era muy avanzado para su edad.

El niño sacó un trozo de tela roja de su bolsillo y unas tijeras, cortó un trocito, pequeñito, apenas un cuadradito del tamaño de una uña, y se lo posó a Zen en la mano.

- ¿que quieres que haga con esto...?
- ¡PIJAMA! - dijo el muchacho señalando con la palma de la mano a Zen.

El trozo de tela se cubrió de humo que rodeó a Zen durante unos instantes, y se dispersó igual de rápido. Para sorpresa de Zen, estaba vistiendo un pijama de algodón, bastante confortable, blanco con rallas rojas. Su ropa inicial estaba posada en la cama perfectamente doblada.

- ¿P...pero qué...?- Zen se quedó estupefacto al ver su nuevo vestuario.
- Yo me encargo de la ropa, cualquier modelo nuevo que quieras me llamas.
- Pero no me has dicho tu nombre.
- Oh, claro, soy Tailor, encantado.- dijo estrechándole la mano con mucho brío.

En su estrujón, un ruido entró por la ventana, un maremoto de aullidos rompía el silencio de la noche. El joven escudriñó su cara mirando a la ventana, y Zen sintió algo de miedo.

- Eh... ¿eso son lobos?
- Ehm.... esto... no se... - al pequeño se le encudriñaban los ojos- lo...lobos... lo.. ¡lobos...!

Zen sintió un respingo mirando al pequeño Tailor, pero este se había alarmado ya demasiado y soltando su mano salió de la habitación corriendo y gritando por el pasillo.

- ¡¡LOOOOOOOOOOBOOOOOOOS!!

Cuando asomó su cabeza por el pasillo, varias personas hacían lo mismo que él, se habían asomado asustados y confusos. Se fijó en su habitación contigua, pues ya conocía a la persona que allí estaba, si no se equivocaba se llamaba Lluna, y llevaba un camisón blanco con tonos azules puesto, pero ella le echó una mirada fría y la apartó en silencio.

- ¿Qué es todo este escándalo...? - preguntó al fondo del pasillo el señor Boris.- Solo son unos aullidos en el bosque.
- ¿Unos aullidos? Esto no son aullidos normales.- dijo otro hombre robusto con las cejas encrespadas.
- Ese crío estúpido se altera por nada.- dijo una mujer regordeta con una pasta verde en la cara.

Unas tres puertas mas allá de Zen, en frente se abría una nueva puerta por donde otro hombre con el pelo anaranjado asomaba, mirando con una mirada caída, primero confuso al fondo del pasillo donde intercambió miradas con Zen y volvió su vista al frente donde se encontró con...

- ¡¡¡¡WAAAAAAAAAAAAAHHHH!!!! ¡¡¡UN MARCIANO!!! - chilló alterado señalando a la mujer con la mascarilla.

El resto se volvió para mirar a la mujer y algunos se asustaron mientras otros soltaron alguna risa.

- ¡¡Estúpido Billy, soy Craft!!- dijo la mujer con la mascarilla y la voz protestona.
- ¡¿Pero que haces así, vieja bruja?! ¡¿Quieres matarme de un infarto?!
- ¡Es para realzar el cutis, inculto! ¡Deberías de probarlo tu también!

- EEJEM- dijo una voz seca y autoritaria apareciendo por el pasillo.

Todos se volvieron a mirarle, era un hombre alto, rubio y de ojos azules con semblante serio y una armadura blanca puesta. Mostraba un comportamiento correcto y educado y todos callaron al verle.
- Ruego disculpen el susto ocasionado por animales salvajes en el exterior del edificio.- Se disculpó.- Mis compañeros y yo, los Cuatro Generales del Refugio, nos ocuparemos del percance de manera inmediata. Vuelvan a sus habitaciones y no salgan bajo nueva orden.

Sin mas que decir, se volvió por su camino, bajando las escaleras al piso inferior.

- ¿Uno de los cuatro generales?- preguntó Zen asombrado.- Parece un tema serio si movilizan a...
- ¡Ese maldito Ener parece que tiene un palo metido por el culo!- protestó el señor Boris.- ¿Quien se cree que es ese niñato repipi?
- Como si nos fueramos a quedar sin hacer nada.- respondió Jelwis, en la habitación contigua a Boris.

Enfrente de Zen, una chica de pelo violáceo le saludó.
- Tu eres el nuevo ¿verdad? No nos conocemos aún, soy Janne. Estarás flipando con todo esto el primer día, jajaja.
- Yo soy Zen, encantado. Es algo impactante la verdad.
- No te preocupes, estas cosas pasan.- dijo caminando hacia la habitación al lado de Zen y golpeando la puerta con los nudillos- ¡¡ARLEK, SAL!!

Es cierto, la puerta al otro lado de él estaba cerrada y le parecía curioso que con todo el alboroto nadie se hubiera asomado. Al parecer se llamaba Arlek, pero Janne abrió la puerta para descubrir que allí no había nadie.
- ¡Arlek no está, tenemos que buscarle!- exclamó Janne asustada.

FIN DEL CAPÍTULO 7

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