jueves, 31 de julio de 2014

CAPITULO 8 - ¡August aparece! ¡Enfrentamiento contra Celloh!

"Ese estúpido, ¿donde cree que va?" Se preguntaba Celloh mirando como Arlek partía hacia el interior del bosque. Dudaba entre volver hacia atrás para buscarle o seguir su camino hacia el interior. Una parte le decía que no era asunto de ella, pero como le pasase algo al chaval se iba a sentir mal después por no impedírselo. Sin embargo, sus pensamientos no tardaron en ser interrumpidos, alguien le llamó saltando desde un balcón del primer piso y aterrizando limpiamente donde ella.

??????: ¡La traidora ha vuelto! ¿Ya te han echado los altos ejecutivos?
CELLOH: ¿Como que traidora? ¿Que recibimiento es este, August?

Era un niño pequeño y rubio de pelo corto, con una docena de mechones algo más largos y pelirrojos disparados en todas direcciones, con los ojos relampagueantes como el fuego aparentemente tendría unos diez años si no fuera porque alguna de sus facciones simbolizaba que tendría alguno más, también lucia una pequeña perilla puntiaguda y rojiza.

AUGUST: Pues el único que se me ocurre darte, traidora. ¿Acaso no pertenecías al refugio y te largaste con los apestosos del dinero?
CELLOH: Simplemente con Raskayú tengo un trabajo y unas razones que me hacen sentirme útil.
AUGUST: ¿Trabajo? ¡Como si sobrase el trabajo en el Refugio! ¿Acaso no estabas a gusto?
CELLOH: No se trata solo de mí, supongo que el objetivo que...
AUGUST: ¡¿Que objetivo?! Seguro que no tienes ni la mas remota idea de que fin tiene Raskayú.
CELLOH: ¡Pues claro que lo sé!
AUGUST: ¿Así, cual?
CELLOH: ¡Como si a ti te lo fuera a contar!
AUGUST: Porque no tiene ni idea ¿verdad?
CELLOH: ¡Agh, cállate! ¡Me pones de los nervios!
AUGUST: ¡Uhh... que me calle! Si viniese el mismísimo Raskayú... ¡Pero envía a uno de sus peones aquí para decirme que me calle! ¿Y si no que? ¿Me vas a callar tú?
CELLOH: Imbécil, ¡Ya me cansaste! ¡Pues te callaré!

Battle theme: https://www.youtube.com/watch?v=tONfEAQdDiQ

Celloh sacó su libreta y empezó a dibujar churros rápidamente en ella y a los cinco segundos varias decenas serpientes de tinta salieron de la libreta y empezaron a reptar con velocidad hacia August.

AUGUST: ¡¡Ohhhhhh...!! ¡¡Garabatos reptantes!! ¿¿Esta mierda es todo lo que tienes para mí??
CELLOH: ¡Como que garabatos! ¡¡Vamos chicas, a él!!

Celloh volvió a concentrarse en la libreta mientras las serpientes se acercaban a August. Una de ellas empezó a treparle por la pierna mientras él la miraba divertido con los brazos cruzados. Soltó un bostezo y agarró la serpiente cerca de la cabeza, lo que vendría a ser el cuello y la reventó en su mano.

AUGUST: Una menos. Quedan tres, cuatro, cinco...diez, doce... bueno, bastantes. Las despacharé a todas a la vez. ¿O a caso te olvidas de quien soy yo?

Dio un salto en el aire y empezó a concentrar calor levitando a pocos centímetros sobre el suelo. Las serpientes continuaban acercándose, pero a medida que se acercaban, su tinta iba quedándose por el suelo y las serpientes se derretían a cada milímetro que avanzaban.

AUGUST: ¡¡Yo soy el Sol!! ¡¡Y soy uno de los cuatro generales del refugio!! ¡¿Donde me vas con esta mierda de gusanos de tinta?! ¡Si te atreves a toserme vete en serio.
CELLOH: Bueno, solo era una distracción mientras dibujaba algo más elaborado. A ver que te parece este otro amiguito.

Celloh posó su libreta en el suelo. Una zarpa enorme surgió de la libreta, ocupaba toda la supercie ¿realmente una criatura de semejantes dimensiones iba a salir de ahí dentro? La tinta se comprimía levemente al pasar la libreta como una ventana. La bestia iba formándose y pronto un oso de tinta de mas de dos metros rugía enfurecido.

AUGUST: ¡¡Wooooooh, genial!! ¡¡Muy bien dibujado!! Pero te olvidas de una cosa importante...
CELLOH: ¿De qué?
AUGUST: ¿No te has fijado como derretí a los gusanos? ¡No deja de ser un bicho de tinta!
CELLOH: Oh, inténtalo, he puesto mucho mas talento en este.

El oso cargó contra August ferozmente, lanzando un zarpazo hacia el muchacho que fue pillado con la guardia baja y acabó tumbado en el suelo con un arañazo de tinta marcado en la mejilla. El oso corrió hacia él nuevamente, pero esta vez se defendió y golpeó con la palma de la mano en el pecho del oso que quedó paralizado unos segundos antes de que fuese atravesado por un inmenso haz de luz que lo atravesó completamente mientras el animal soltaba un gran aullido de dolor. August apartó al oso sin vida hacia el suelo y miró a Celloh que recogía la libreta de nuevo.

AUGUST: ¡¡Te dije que fueras en serio!! ¿Acaso crees que un arañazo es suficiente? Saca más bichos. ¡Ya he matado tus serpientes y tu oso!
CELLOH: ¿Matado? Son dibujos, no se pueden matar tan fácilmente.
AUGUST: Yo creo que s...

August volteó a mirar al oso tumbado, pero este se había restablecido por completo y esta vez el zarpazo le golpeó de lleno en el estomago rasgando por completo su camisa hawaiana y empotrándolo contra una pared. El muchacho escupió sangre y se levantó sonriente.

AUGUST: ¡¡ESTA PUTA MIERDA ME GUSTA MÁS!!

El oso volvía a correr hacia él, pero August ya se había restablecido y también corría a por el oso emocionado. Saltó dando una patada apuntando completamente a la mandíbula del animal que freno en seco. Acto seguido empezó a proporcionarle una serie de puñetazos y golpes en la cabeza y el pecho que gotas de tinta salpican a todas partes.

AUGUST: ¡¡Toma esta, hijo de puta!!
CELLOH: Si fuese un oso de verdad quizás tuvieses más suerte, pero no deja de ser tinta.
AUGUST: ¡Já, no me quites mérito de destrozar a tu oso, ahí mi golpe demoledor!

La lluvia de golpes de August cesó instantamente mientras mantenía su puño hacia atrás cargando energía y brillando de luz, un brillo cegador que no permitía ver donde acababa la extremidad del muchacho.

AUGUST: Este es tu fin, oso de mierda... ¡¡¡¡¡Puño solar!!!!!
CELLOH: Repito que no deja de ser tinta...

El puño impactó en el oso que se descompuso tras el impacto siendo la mayoría de la zona golpeada disparada hacia atrás con potencia, pero sin embargo, el resto se volcó sobre August que empezó a ser cubierto completamente por toda la tinta formando una especie de manta de tinta con él dentro, que pataleaba intentando salir de su interior, viendo asomarse un brazo o una mano de vez en cuando.

CELLOH: Supongo que no te esperabas esto.

Celloh arrancó la hoja de la libreta donde había dibujado al oso y mirando la gran masa de tinta pataleante sonrío victoriosa y partió la hoja a la mitad. La masa de tinta fue partida en dos y calló al suelo disolviéndose en el suelo salvo un trozo a cada lado que abultaban, uno mas grande que otro.

CELLOH: Esperaba sudar mas de uno de los cuatro generales...
AUGUST: ...jadeputa...

Uno de los trozos se movía. Parece ser que August seguía con vida. Es más, se reincorporó al instante y estaba sin el brazo izquierdo, del resto de su cuerpo seguía entero pero cubierto de tinta. Intentó quitarse la tinta de la cara con el brazo pero de nada le sirvió, ya que también lo tenía cubierto de tinta. Luego lo volvió a intentar con la palma de la mano y nada.

AUGUST: ¡¡AGH, ESTO ES UNA MIERDA MUY GORDA!! ¡¡TE VAS A ENTERAR!!
CELLOH: Si que eres persistente.
AUGUST: ¡¡Espero que te quede algún truco más porque voy a dejar de perder el tiempo contra dibujos y destrozar al dibujante!!

FIN DEL CAPITULO 8

sábado, 12 de julio de 2014

CAPITULO 7 - Aquí no hay quien duerma

La fiesta había terminado y ya se encontraba en un dormitorio para él. La habitación era bastante amplia para él solo. Zen, se sentía extraño todavía en aquel lugar, no se había terminado de habituar a la gente de todo aquel fuerte de gente con poderes sobrenaturales. Pero sabía que era el lugar donde tenía que quedarse, entre los humanos normales ya no podría encajar, al menos en una gran temporada tras la que había liado. La cama era bastante placentera, el colchón era mullido y daba la sensación de que estaba preparado para cualquier visita o nuevo habitante. La ventana, estaba abierta, era un tercer piso, entraba una brisa suave y sus vistas ahora nocturnas daban al bosque. Era agradable y sorprende que aquel refugio tan apartado tuviese tantos pisos y zonas por dentro pareciendo tan pequeño por fuera.

Abrió el armario y vio que estaba completamente vacío. Su única ropa era la que llevaba puesta. Eso era un problema, si bien no le importaba tener que vestirse al día siguiente con la misma ropa, le parecía exagerado cuando llevase mas de una semana allí.

music theme: http://www.youtube.com/watch?v=M6NGvucCU90

Sin embargo, la solución vino al poco tiempo. La puerta se abrió de par en par y un chico de unos diez años apareció por la puerta con una sonrisa animada y cara de diversión. Tenía el pelo alborotado, los ojos grandes y la boca mas grande aún.

- ¡¡HA LLEGADO TU PIJAMA!! - dijo con alegría y cerrando la puerta.
- ¿Qué...? ¿Qu...quién eres tú? - preguntó Zen algo asustado.
- Ya te lo han dicho ¿no? Aquí cada uno colabora como puede, y yo soy algo así como el sastre.
- ¿Un niño como tú...?
- Eh, eh, no me juzgues por tener diez años, que se despejar ecuaciones y leer.
- Entiendo...- se quedó pensativo para si mismo si eso era muy avanzado para su edad.

El niño sacó un trozo de tela roja de su bolsillo y unas tijeras, cortó un trocito, pequeñito, apenas un cuadradito del tamaño de una uña, y se lo posó a Zen en la mano.

- ¿que quieres que haga con esto...?
- ¡PIJAMA! - dijo el muchacho señalando con la palma de la mano a Zen.

El trozo de tela se cubrió de humo que rodeó a Zen durante unos instantes, y se dispersó igual de rápido. Para sorpresa de Zen, estaba vistiendo un pijama de algodón, bastante confortable, blanco con rallas rojas. Su ropa inicial estaba posada en la cama perfectamente doblada.

- ¿P...pero qué...?- Zen se quedó estupefacto al ver su nuevo vestuario.
- Yo me encargo de la ropa, cualquier modelo nuevo que quieras me llamas.
- Pero no me has dicho tu nombre.
- Oh, claro, soy Tailor, encantado.- dijo estrechándole la mano con mucho brío.

En su estrujón, un ruido entró por la ventana, un maremoto de aullidos rompía el silencio de la noche. El joven escudriñó su cara mirando a la ventana, y Zen sintió algo de miedo.

- Eh... ¿eso son lobos?
- Ehm.... esto... no se... - al pequeño se le encudriñaban los ojos- lo...lobos... lo.. ¡lobos...!

Zen sintió un respingo mirando al pequeño Tailor, pero este se había alarmado ya demasiado y soltando su mano salió de la habitación corriendo y gritando por el pasillo.

- ¡¡LOOOOOOOOOOBOOOOOOOS!!

Cuando asomó su cabeza por el pasillo, varias personas hacían lo mismo que él, se habían asomado asustados y confusos. Se fijó en su habitación contigua, pues ya conocía a la persona que allí estaba, si no se equivocaba se llamaba Lluna, y llevaba un camisón blanco con tonos azules puesto, pero ella le echó una mirada fría y la apartó en silencio.

- ¿Qué es todo este escándalo...? - preguntó al fondo del pasillo el señor Boris.- Solo son unos aullidos en el bosque.
- ¿Unos aullidos? Esto no son aullidos normales.- dijo otro hombre robusto con las cejas encrespadas.
- Ese crío estúpido se altera por nada.- dijo una mujer regordeta con una pasta verde en la cara.

Unas tres puertas mas allá de Zen, en frente se abría una nueva puerta por donde otro hombre con el pelo anaranjado asomaba, mirando con una mirada caída, primero confuso al fondo del pasillo donde intercambió miradas con Zen y volvió su vista al frente donde se encontró con...

- ¡¡¡¡WAAAAAAAAAAAAAHHHH!!!! ¡¡¡UN MARCIANO!!! - chilló alterado señalando a la mujer con la mascarilla.

El resto se volvió para mirar a la mujer y algunos se asustaron mientras otros soltaron alguna risa.

- ¡¡Estúpido Billy, soy Craft!!- dijo la mujer con la mascarilla y la voz protestona.
- ¡¿Pero que haces así, vieja bruja?! ¡¿Quieres matarme de un infarto?!
- ¡Es para realzar el cutis, inculto! ¡Deberías de probarlo tu también!

- EEJEM- dijo una voz seca y autoritaria apareciendo por el pasillo.

Todos se volvieron a mirarle, era un hombre alto, rubio y de ojos azules con semblante serio y una armadura blanca puesta. Mostraba un comportamiento correcto y educado y todos callaron al verle.
- Ruego disculpen el susto ocasionado por animales salvajes en el exterior del edificio.- Se disculpó.- Mis compañeros y yo, los Cuatro Generales del Refugio, nos ocuparemos del percance de manera inmediata. Vuelvan a sus habitaciones y no salgan bajo nueva orden.

Sin mas que decir, se volvió por su camino, bajando las escaleras al piso inferior.

- ¿Uno de los cuatro generales?- preguntó Zen asombrado.- Parece un tema serio si movilizan a...
- ¡Ese maldito Ener parece que tiene un palo metido por el culo!- protestó el señor Boris.- ¿Quien se cree que es ese niñato repipi?
- Como si nos fueramos a quedar sin hacer nada.- respondió Jelwis, en la habitación contigua a Boris.

Enfrente de Zen, una chica de pelo violáceo le saludó.
- Tu eres el nuevo ¿verdad? No nos conocemos aún, soy Janne. Estarás flipando con todo esto el primer día, jajaja.
- Yo soy Zen, encantado. Es algo impactante la verdad.
- No te preocupes, estas cosas pasan.- dijo caminando hacia la habitación al lado de Zen y golpeando la puerta con los nudillos- ¡¡ARLEK, SAL!!

Es cierto, la puerta al otro lado de él estaba cerrada y le parecía curioso que con todo el alboroto nadie se hubiera asomado. Al parecer se llamaba Arlek, pero Janne abrió la puerta para descubrir que allí no había nadie.
- ¡Arlek no está, tenemos que buscarle!- exclamó Janne asustada.

FIN DEL CAPÍTULO 7