martes, 7 de enero de 2014

CAPÍTULO 4 - Fiesta de bienvenida

http://www.youtube.com/watch?v=Abx9zg777Io

Había unas cincuenta o sesenta personas en total en aquel gran salón-taberna. Todos estaban esperando a una persona para que diera la señal. Acababan de recibir a un nuevo compañero, y lo normal en aquellos casos era darle una merecida fiesta.

Podían ver como los cuatro comandantes esperaban de pie en la cabeza de la mesa mas grande. Lluna siempre había admirado a esas personas por ser los grandes coordinadores de todo aquel lugar que llamaban el Refugio. Pero aún se sentía inquieta porque había luna llena, y eso significaba que los poderes poseían de aquel hombre tenían mas energía de lo normal.

Lluna era una muchacha de pelo oscuro, tirando a azulado y con los ojos de un color azul cristalino. Recogía su cabello en dos largas coletas laterales y no se había preparado muy adecuadamente para estar en una fiesta de bienvenida, se limitó a asistir con unos tirantes tejanos que dejaban examinar su busto de perfil. Se estaba tomando con poca gana un vaso de vodka con naranja.

- Y esta es Lluna- dijo Pol trayendo con él al chico nuevo- se que está buenorra, pero no te enamores de ella que creo que es bollera.
- ¡GILIPOLLAS!- se limitó a decir ella mirando a Pol.
- Pues eso, no te enamores de ella que creo que es gilipollas.- corrigió Pol con una sonrisa.
- No el que es gilip...- Lluna iba a responder, pero vio como Pol ya se había ido dándole un empujón a Zen para escaquearse.
- E...esto... encantado.- saludó el muchacho algo avergonzado.
- Ah...- Lluna por fin había reparado en él, estaba demasiado molesta y no le había prestado atención- lo siento... es que...
- No te preocupes, me están presentando demasiada gente y no me quedaré con la mitad de cosas que me están diciendo.- sonrió Zen.

"¿Porque sonríe este subnormal? ¿Y porque narices lleva dos coletas?" Se preguntaba Lluna mirándole. Aunque mientras lo miraba, se estaba dando cuenta de que no estaba tan mal, era mas o menos de su edad y no era feo. Notó una cierta incomodidad porque ambos se habían quedado callados analizándose.

- Este... ¿y que poder tienes?- quiso saber el muchacho.
- Bueno, como has podido observar aquí mucha gente tiene el nombre referido a sus poderes. Eso es porque hemos decidido olvidar el nombre que nos dieron al nacer y tener uno mas acorde.
- Entonces, ¿tu poder tiene algo que ver con la luna?
- Exacto, tengo un poder lunar.
- ¿Y para que sirve?- quiso saber el chico.
- Controlo las fuerzas de la luna, las mareas, los...
- Vamos, que es una mierda.- añadió Pol que había vuelto con una jarra llena de calimocho. - Controlar las fases de apareamiento de los animales. Pfff... vaya chorrada.

Zen intentó contener la risa, la cara de enrojecimiento de la muchacha le hizo creer que no debería alimentar esa frustración sana. Parecía que Pol tenía mucha confianza con esa chica a pesar de todo. 

Y sin embargo, un hombre llegó. Todos guardaron silencio de repente y esperaron a que se situase en el centro de los cuatro comandantes. Era un hombre de mediana edad, con paso erguido y firme, pero su pelo bastante canoso y su mal cuidada barba le hacían parecer mas mayor.

- Ese es Ferejov, el creador de este lugar. - Le susurró Pol- Algo así como un padre para todos. 
- Comprendo, parece que todo el mundo le respeta.- dijo Zen mirando las caras de expectación de todos.
- ¿Respetarle? No exactamente... solo espera.

Ferejov se acercó a un micrófono y habló.

- Saludos, hijos del Refugio. Estamos aquí para darle la bienvenida a un nuevo compañero, Zen Saigo que se...- empezó su discurso.
- ¡Que si, que ya le conocemos todos... muermazo!- dijo Sauro desde la barra que estaba alegremente bebiendo junto a otro compañero y la camarera.
- ¡Pero déjale que termine!- protestó un anciano algo perjudicado por la bebida desde un asiento.- ¡la juventud de...!

Pero el anciano fue bañado por una jarra de cerveza que otro anciano más alegre sentado a su lado le había rociado por encima.

- ¡Vamos Boris, si tu eras igual de joven!- sonreía el compañero.
- ¡Maldito Jelwis!

Pero Boris ya había lanzado un puñetazo a su compañero que le hizo volar sobre dos mesas y había aterrizado sobre una mesa donde tres chicas que compartían mesa derribaron sus bebidas sobre ellas por culpa del impacto.

- ¡¡Mi vestido nuevo!!- chilló una de ellas furiosa mientras lanzaba su vaso hacia Boris que lo esquivó y chocó contra un muchacho bastante tímido. 

Ferejov contempló la escena mientras veía como unos y otros se sumaban a la pelea. Suspiró y dijo:

- Bueno, ya ha empezado la fiesta.

lunes, 6 de enero de 2014

CAPITULO 3 - El recién llegado de los sueños


Music: http://www.youtube.com/watch?v=Abx9zg777Io

Le sorprendió lo que pasó al instante. Cuando la puerta se abrió entró un enigmático muchacho con dos pequeñas coletas azuladas en su cabeza. Junto a él viajaban Sauro y Pol, que no parecían sorprenderse. Claro, solo él había visto a esa persona de todos los presentes y solo él sintió el peligro real.

Arlek recordó entonces el sueño de aquella mañana y recordó de que lo conocía. Era uno de esos sueños en los que todo pasa demasiado rápido y no recordaba bien porqué o como se desarrollaba, pero si que recordaba muchísimas personas en el suelo cubiertas de sangre, personas que allí conoció, mucho fuego cubriendo todo el Refugio, aquella gran casa donde el grupo de gente con poderes residía. ¿Cual es el problema? Que lo poco que recordaba de aquel sueño era al mismo Zen de pie entre toda la masacre.

Pero no dejaba de ser un sueño. Muchos otros se le habían hecho realidad y recordaba porque estaba allí, pero también pensó muchas veces que podía tener sueños normales. Pero por su instinto sabía que aquel no lo era, y no podía fiarse del recién llegado.

Mientras muchos otros se apilaban para dar la recién llegada, Arlek decidió salir al jardín a reflexionar lo que hacer. Pero allí había una muchacha joven de pelo violáceo y ojos azules, con un pañuelo amarillo al cuello, que no tardó en acercarse a él.

- ¿Huyes del nuevo?- preguntó al instante- No me digas, has tenido uno de esos sueños y no te fías.
- Esta vez es diferente Janne.- dijo con semblante serio.
- Cuando llegaste tampoco te fiabas de nadie porque ya los habías visto a todos en tus sueños.
- Pero fueron los sueños que me hicieron saber que tenía que estar aquí... pero ahora...
- Vamos, tampoco confiabas en mí. - Sonrió la muchacha- deberías de ser mas sociable.
- Te vi muerta en este nuevo sueño.- dijo con seriedad- y también a Gashpar, Billy, Craft y el viejo Boris.
- ¿Y le veías a él?
- Si.
- ... ¿pero era él quien me mataba?
- No había ningún otro ¿quien más podría ser?

Janne no respondió. Se levantó dándole la espalda y pensó unos segundos. Sabía que los sueños de Arlek se cumplían, ya que eran sueños proféticos, pero no sabía hasta que punto, y como de ciertos se volvían. Quería pensar que no pasaría nada, pero ya no podía bajar la guardia. Pero lo que mas le molestaba era la inquietud de aquel muchacho de pelo anaranjado y que cada día parecía mas obsesionado por sus sueños. No quería preguntarle, pero ¿que papel tomaba Arlek en ese sueño? ¿Y si el verdadero peligroso fuese él?

- Ya se nos ocurrirá algo - dijo ella sin mirarle a la cara.- Deberíamos darle la bienvenida a nuestro nuevo compañero en vez de desconfiar de él.
- Creo que me voy a entrenar un rato, no estoy de muy buen humor.

Diciendo esto, Arlek sacó de su bolsillo una beretta blanca y la cargó, apuntando hacia unas dianas desgastadas al fondo del jardín.

- Nunca estás de buen humor, pero siempre es buen momento para que estés destrozando dianas con tus juguetes.
- ¿Qué más da? Aquí todo el mundo tiene algún poder que es útil. - Disparó firmemente hacia el centro de la diana más alejada acertando en el corazón.- En cambio, yo tengo que valerme por mi habilidad y para eso necesito entrenar.
- Pues a ver de que va a servirte tanta habilidad si te dedicas a comer del trabajo de los demás.- sacó una manzana de su bolsillo- ...y que según tus sueños vamos a morir, jajaja.
- No te rías...
- Venga, demuéstrame esa habilidad.

Sus manos frotaron la manzana y de alguna forma una segunda manzana surgió de la primera, idéntica a la anterior. Esa era su habilidad, la multiplicación de objetos. Acto seguido, arrojó la primera manzana con fuerza hacia las dianas, pero la fruta reventó en el cielo de un disparo de Arlek, que ya soplaba su beretta  con chulería.

- Buen tiro, me voy a conocer al nuevo.- Dijo Janne entrando dentro.